Lo sabemos. No tenemos un punto de vista objetivo. Hemos nacido en un país donde la cultura mediterránea impregna prácticamente la totalidad de las cosas. Pero la verdad sea dicha de paso… ¡nos encanta todo lo que tenga que ver con el Mediterráneo!. El sol, el mar, las playas, el clima, las personas y como no…, la dieta mediterránea. Dieta que en si misma no solo engloba una dieta gastronómica como tal, sino todo un conjunto de tradiciones, conocimientos, valores y maneras de hacer las cosas que han acabado conformando todo un estilo de vida.
Y esta vez no solo lo decimos nosotros 😉 sino la UNESCO, la dieta mediterránea se ha convertido en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y una de las mejores y más saludables dietas del planeta. Aquella que nos permite llevar una alimentación sana y al mismo tiempo disfrutar y degustar platos sabrosos y asombrosos.
Pero entonces…, ¿Qué es la Dieta mediterránea?
La Dieta Mediterránea propiamente dicha sería un patrón de consumo alimentario de la zona de los países que bañan el Mar Mediterráneo (Chipre, Croacia, España, Grecia, Italia, Marruecos, Portugal) y que se caracteriza por el consumo de unos productos determinados que configuran una de las dietas más saludables del mundo, fruto de la herencia cultural de antiguas civilizaciones.
El éxito de esta dieta ha sido demostrado en numerosos estudios científicos que se han ido realizando a lo largo de los años y en los que se concluía que llevar una dieta mediterránea tiende a prevenir enfermedades cardiovasculares, mejorar otras como la diabetes y ayudar en la pérdida de peso.
Alguno de los secretos se encuentran en las grasas monosaturadas y polisaturadas de los productos como el aceite de oliva o los frutos secos. Otro sería el consumo de pescados blancos y azules ricos en ácidos grasos omega 3. O las vitaminas y minerales que aportan el consumo diario de frutas y verduras. O el predominio de carnes blancas frente a las carnes rojas, el consumo de legumbres o en menor medida el consumo de lácteos. El beber agua suficiente para estar hidratados y el vino (siempre con moderación) serían otros de sus componentes fundamentales.
Pero como ya hemos dicho antes, la dieta mediterránea no solo es una dieta culinaria al uso, se trata también de un estilo de vida donde el ejercicio físico, el estar activos, el relacionarnos con los demás y en definitiva disfrutar de una vida tranquila y apacible también tienen su lugar.
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